CINCO
No tengo punta de lengua para la complicidad del gris: espesura en el corazón que amaga golpeteos que no vendrán. (Yo no tengo ventrículos para atiborrar de sangre infatigable esas bocas o agujeros entre las manos que tomas). Todos con sus chapas metálicas diciendo no, el aguijón encumbrándose ante la blancura. (Necesito un lugar más pálido que éste, una bocanada de veneno y rompientes contaminadas). He visto a todas las espaldas. (Ojeo que hay mantos que cubren tragaluces, mis llaves no abrirán la tranquera de la belleza). Me asombran las cortinas y los picaportes. Mi sangre no hierve en esas estufas, no he quemado a nadie aunque existe la hora obsequiosa del fuego. Tráeme todas las bocas a la parilla. Tengo que decir que he torcido pescuezos. Todavía me asombran las mujeres de cabellera larga, todavía tengo manos para enredarlas entre los rizos ajenos. “Están contigo y dejan caer espejos, están contigo y ni siquiera tienes qué hablar”. Deseo lo mínimo, perspectiva de escalofríos en un espejo. Penumbra, bola sin cristal. -Nacen flores sobre la piedra. Mis labios te entregan palabras que versifican con este humo que nos perdura: “bergamota” o “constelación”.
May 3rd, 2008 at 11:16 pm
Hola Karen, quiero invitarte a que consultes una página que te puede interesar. Me gusta mucho tu blog, hay mucho trabajo, mucha lectura y creatividad. Me gustaría que pudieramos contar con textos tuyos en la página.
Un saludo cordial